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Edificio Bankunion en Bilbao

Reproducimos la memoria de la obra publicada por Bankunion en el libro Plaza de España, 4

Sobre el solar de la llamada casa de Barandiarán fue surgiendo, poco a poco, el edificio BANKUNION que bautiza este trabajo. La Plaza de España -rural, ferroviaria, hostelera y mercantil en sucesivas etapas- apunta hoy propósitos bancarios desde sus ángulos más distinguidos.

BANKUNION preparó el salto hacia tan importante centro urbano bilbaíno desde su sede del final de la Gran Vía, ya próxima a la Plaza del Sagrado Corazón de Jesús. Lo hizo pensando en una instalación regional para Vascongadas, Navarra y Rioja. Para ello convocó el oportuno concurso de ideas entre arquitectos al objeto de -así lo decía el anuncio- »conseguir una construcción que contribuya a embellecer esta importante zona de Bilbao».

El hecho de que confluyeran en el solar, la Plaza de España y el remate de dos calles muy personalizadas, enmarcando una perspectiva visual de suma importancia para el contexto urbano de la Villa, exigía tratamientos arquitectónicos singulares. No era para menos: los tres límites viales jalonaban un espacio trapezoidal de suma importancia abierto a la principal plaza de la Villa y a las calles de Buenos Aires y del músico Ledesma.

En el prólogo de la presente obra se habla de las iniciativas primeras y de la labor desarrollada por José María Luzárraga de cara a la creación de la nueva sede. La Dirección Regional, merced a la labor desarrollada por José Miguel Serrano, fue desbrozando caminos y surgiendo ideas que culminaron con la compra del terreno y la convocatoria de un concurso restringido entre arquitectos para la construcción del edificio. Un equipo de jóvenes profesionales de la arquitectura -Ricardo del Campo Lagaron, José Luis Ortega Carnicero, Mariano Ortega Carnicero, y Juan Manuel Pazos León- programaron necesidades y servicios,  manejaron volúmenes y estructuras. modularon perspectivas visuales y dieron con la solución estética y compositiva idónea para la singularización de la nueva sede social bancaria. ·

 

No fue trabajo fácil. Unas ordenanzas de construcción municipales excesivamente rígidas dejaron sin razón la modelación compositiva y volumétrica de la parte del edificio que daba a la calle Ledesma, imponiendo una serie de soluciones que
menoscabaron el inicial planteamiento estético.

Remodelar volúmenes, aunque éstos sean para un vial de tan escasas perspectivas visuales como la calle de Ledesma, resulta siempre engorroso y difícil; sobre todo cuando los planteamientos estéticos exigían similares tratamientos para las tres fachadas del edificio. Los problemas relativos al subsuelo, con ser considerables en esta zona de Albia, requirieron del grupo de técnicos bastante menos atenciones y esfuerzos que la remodelación y concordancia de la fachada de Ledesma, impuesta por inflexibles criterios municipalistas, nacidos de una interpretación literal de los textos de las Ordenanzas de Construcción de la Villa.

Aun con todo el edificio continuó su marcha.

Inmediatamente, sobre la recién hormigonada primera planta se habilitó una instalación provisional en la que todas las semanas cambiaron impresiones, examinaron problemas y señalaron directrices los hombres integrantes del llamado «Equipo de Obras». El citado José Miguel Serrano y Jose de Urízar -por parte de BANKUNION-, los cuatro arquitectos realizadores del proyecto y directores de los trabajos, y los técnicos José Puga y Julio lrisarri -de la firma «Edificios y Obras, S. A. » vivieron día a día el desarrollo del programa de edificación: desde el hormigonado al acristalamiento, desde la construcción de la gran escalera que comunica la oficina bancaria con las plantas ocupadas por la Dirección Regional y la División Industrial de BANKUNION hasta la puesta a punto del aire acondicionado, pasando por la modulación racional de los servicios generales.

Pero nos hemos anticipado en el tiempo, sin analizar los planteamientos estéticos, urbanísticos y arquitéctonicos que dieron perspectivas nuevas a la Plaza de España. Ello ha sido así porque tanto Ricardo del Campo como los hermanos Ortega Carnicero y Juan Manuel Pazos proyectaron un edificio singular -el tercero de Europa en la modalidad especular- cuyos volúmenes, además de responder a la estructura interna del edificio, se integran dentro de la Plaza de España, de la que son reflejo y expansión, espejo y luminaria Si los arquitectos se decidieron por el vidrio reflectante para el citado tratamiento especular del edificio, fue debido a un propósito evidente de agrandar las perspectivas urbanas que dan personalidad a la Plaza de España, al mismo tiempo que conseguir un efecto estético de texturas variables durante las diferentes horas del día o en las distintas condiciones de luminosidad y clima.

Porque el edificio de la Plaza de España, 4 cambia del día a la noche: con las luces del crepúsculo la superficie acristalada externa cesa de reflejar la realidad circundante para adquirir transparencias totales, revelando, mediante la luz artificial, la composición interior del edificio.

Ello, explicado así, podría originar interpretaciones excesivas desde el punto de vista de la estética. Las fotografías y planos. junto a la portada de este libro deben ilustrar suficientemente al lector sobre la equilibrada proporcionalidad entre lo especular y lo compositivo, sobre la relación entre el vidrio y los restantes materiales, principalmente el hormigón y el acero.

Lo dejaron plenamente aclarado en el anteproyecto los propios arquitectos escribiendo lo que sigue: «Este tratamiento especular podría tener un exceso de sutileza material en cuanto a su definición respecto al entorno; por ello, se proyecta enmarcado en unos elementos compositivos superiores e inferiores como con las plantas bajas y áticos que, al definirse, junto con la zona de comunicaciones verticales en otro material -acero coloreado- nos ayudan a situar el volumen principal del edificio perfectamente diferenciado de sus límites materiales superiores, inferiores y laterales».

Tales elementos traslúcidos y opacos conforman la textura externa del edificio cuyos volúmenes responden a una ordenación interior que se programa en tres sectores perfectamente definidos:

  • Zona destinada a Oficina Bancaria.
  • Plantas destinadas a sede de los Servicios Regionales.
  • Plantas destinadas a Oficinas Generales.

A la primera zona corresponden sótanos, planta baja y primera planta. Sobre los sótanos segundo, tercero y cuarto va situado el aparcamiento de vehículos, con acceso por la calle de Ledesma y escalera de servicios y ascensores. El sótano primero y el sótano quinto, quedan destinados a cajas de alquiler, cámaras acorazadas, archivo histórico, almacén de materiales de oficina, cámara de valores, etc.

El amplio patio de la planta baja al que se accede por una escalinata cuenta con un núcleo primario de comunicaciones formado por una escalera principal para público y empleados. Se trata de una versión contemporánea de la clásica oficina bancaria, en este caso, desarrollada a distintos niveles y contando siempre con la unidad que viene a proporcionarle una comunicación visual perfecta a través del espacio vertical que une los tres niveles o plantas.

En los pisos segundo y tercero se han ubicado los servicios generales de la Dirección Regional y División Industrial de BANKUNION, dentro de un tratamiento noble de los materiales y a base de amplios espacios para dirección y salas de reuniones. secretaría, despachos. departamentos comerciales de inversión, etc.

Las plantas quinta, sexta, séptima y octava están destinadas a Oficinas Generales, disponiendo de un núcleo de comunicaciones integrado por una escalera y tres ascensores, con diferentes accesos desde el aparcamiento, patio principal, etc.

Bajo el anochecer inmenso o a través de la cortina de lluvia tamizada, el espejo estático de todas las mañanas bilbaínas vendrá a ser una armonía, reflectante y luminosa, asomada al quehacer local desde el silencio impenetrable de su interior activo. Aquí tendríamos que hablar de decibelios y ruidos de escalas sonoras y de aislamientos acústicos. Un cerramiento transparente a base de doble luna con cámara de aire proporcionará insonoridades absolutas a cuantos trabajan en el interior del Banco dentro de unas condiciones de conductividad térmica y filtración solar, nitidez de visión y funcionalismo que garantizan la más óptima ergonomía mercantil.

 

La modulación del edificio y su zonificación nos llevarían excesivas líneas. Para quien trasponga desde la Plaza de España o desde la calle de Buenos Aires las escaleras que facilitan al público la entrada a la oficina general bancaria, bastará que le aseguremos que el resto del conjunto cuenta con idénticos tratamientos. Si bien las plantas de trato directo con el público aspiran a conseguir una imagen de acercamiento y apertura imprescindible en la filosofía de una entidad bancaria joven.

Dicha imagen viene facilitada por la sensación de comunicabilidad de espacios que se ha procurado manifestar también al exterior mediante la unión visual, a través de la escalera principal interna de las plantas baja y primera de todo el contexto funcional bancario.

El patio de operaciones a la vieja usanza, ya no nos sirve. Por eso se trata de ofrecer, desde una radical realidad humana, la visión de las demás realidades o la dimensión social del hombre, sino su propia dimensión personal, es la que ha contado en el planteamiento práctico de esta oficina, vivificada por nuevas y dinámicas experiencias históricas y estéticas.

El cliente, el hombre, tiene que moverse cómodamente sobre un entorno sin sabores oficinescos, donde su propia subjetividad encuentre, además de las realidades económicas que busca, otras realidades anímicas concretas.

Por eso el diseño industrial y el arte indígena no podían escapar a la dimensión vitalista de un banco joven, pensado para una zona abundante de historia. Todo mensaje actual de dinamismo exige de una plástica más evidente y más humanizada.

Por eso, la mágica vibración de la luz sobre la pantalla-fuente que Néstor Basterrechea ha realizado en alabastro y cristal para el patio de operaciones.

Por eso el gran mascarón de proa del citado escultor vasco que se abre al tráfico de la Plaza de España sobre un ángulo del terreno que BANKUNION ha cedido al pueblo de Bilbao.

De nuevo las raíces vascas de una secular industria la naval, tan desarrollada durante algún tiempo en las inmediaciones de esta plaza bilbaína inspirando la telúrica expansión de una forma abstracta nacida para abrir estelas sobre la mar infinita.

Es lo que ha hecho Néstor Basterrechea: fundir el ayer con el mañana. Recordar aquellas humildes gentes de Albia que asomaban su curiosidad aldeana al tráfico universalista de la ría de Bilbao, recrear, en piedra, los módulos trascendentes de Gaztañeta, cantar a los constructores de su Bermeo nativo y al habitante encendido de Santimamiñe…

Así se comprenderá mejor al esfuerzo bilbaíno desde el ágil funcionalismo de este edificio señalado con el número 4 en la puerta enorme que señala el confín de la Plaza de España y la calle de Buenos Aires.

Enlaces

  • Ficha CP Arquitectos del edificio bankunion
  • Memoria en PDF de la obra en la publicación Plaza de España, 4